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lunes, 12 de octubre de 2015

Parte I, Capítulo XXIX: Paquebote, hidrograma, Kasbek


A mediados de julio de 1886, mientras Van ganaba un campeonato de ping-­pong a bordo de un paquebote de lujo (que empleaba toda una semana en ir, en su majestuosa blancura, de Dover a Manhattan), Marina, sus dos hijas, la institutriz de éstas y dos doncellas, que regresaban en tren de Los Ángeles a Ladore, tiritaban simultáneamente, en estadios más o menos sincronizados de la enfermedad, por efecto de una común gripe rusa. Un hidrograma fechado en Chicago el 21 de julio (aniversario de la amada) esperaba a Van en casa de su padre: DADAISTA IMPACIENTE PACIENTE LLEGA ENTRE VEINTICUATRO Y SIETE LLAMA DORIS ENCUENTRO SALUDOS PROXIMIDAD.



Una estampilla rusa con un paquebote [1]
Un paquebote es un barco que llevaba correo (paquetes) y pasajeros. Al principio eran barcos a vela, y luego pasaron a ser a vapor.

Son los predecesores de los barcos transatlántios. Acá encontré que a Le Corbusier le gustaban. La página dice:






En el año 1923, en el libro “hacia una arquitectura” Le Corbusier escribe:
“Los arquitectos viven en la estrechez académica, en la ignorancia de las nuevas reglas de construcción….Pero los constructores de los paquebotes, audaces y sabios, crean palacios junto a los cuales las catedrales son muy pequeñas: ¡ Y los echan al agua!
La arquitectura se ahoga con las costumbres”Y es cierto que estos buques de más de 250 metros de eslora son majestuosas construcciones, enormes contenedores de actividad.


Los hidrogramas son gráficos de la actividad meterológica, y eso es todo. No aparece por ningún lado como un mensaje parecido al telegrama, y es la única mención de ellos en todo el libro.

 
Su padre acudió a desearle buen viaje. Se había teñido el pelo de un negro aún más negro. Llevaba en el dedo un diamante que rutilaba como una cima del Cáucaso. Sus largas alas negras con ocelos azules flotaban tras él agitadas por la brisa marina. Lyudi oglyadivalis (la gente se volvía a mirar). Una Tamara interina —párpados ennegrecidos, rojo de labios kasbek y flamante boca rosa — trataba en vano de adivinar qué podría ser más del agrado de su Demonio de amante: que se contentase con gemir e ignorar a su soberbio hijo, o que rindiese homenaje a la virilidad de Barba Azul tal como se reflejaba en el cejijunto Van, el cual, por su parte no podía soportar su perfume caucasiano, Granial Maza, a siete dólares el frasco.
Vasily Vereshchagin. The Mount Kazbek. 1897-1898.
Oil on canvas. The Russian Museum,
St. Petersburg, Russia.

 
Creo que se refiere al monte Kazbek, que está en las montañas de Cáucaso. Nabokov lo escribe con s pero aparece Cáucaso y caucasiano. Además, encontré esta pintura en la que está pintado de rojo.










[1] By Scanned and processed by A. Sdobnikov (Personal collection) [Public domain], via Wikimedia Commons" href="https://commons.wikimedia.org/wiki/File%3A1987_CPA_5861.jpg

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