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martes, 3 de junio de 2014

Capítulo XIII: Gasa de escayola / Retales

Ada recibe un extraño regalo:
No estamos en condiciones de reproducir literalmente ese escrito, pero sí podemos indicar su sentido: el considerable regalo que Dan Veen había tenido la delicada atención de traer a Ada, y que le había costado muy caro, era una inmensa y espléndida muñeca... infortunada y extrañamente, más o menos desnuda. Y, lo que era aún más extraño, tenía la pierna derecha sujeta por un aparato ortopédico, el brazo izquierdo cubierto por un vendaje y, en lugar de los acostumbrados vestidos y adornos, su único ajuar consistía en una caja que contenía un surtido de gasas escayoladas y accesorios de goma. El folleto explicativo (¿en ruso, o en búlgaro?) no aclaraba nada, [...] Se rogaba a Marina que regresase sin demora a dar las órdenes oportunas para la elaboración de convenientes vestidos de muñeca con algunos retales de bella seda que su doncella guardaba en un cajón recién descubierto por el propio Dan, y para que rehiciese el paquete en algún papel de regalo que estuviera en buenas condiciones.
La escayola, como vimos antes, es una pasta de yeso con agua de cola. Las gasas escayoladas son, simplemente, gasas con escayola.

retal.
(Del cat. retall, de retallar, recortar).
1. m. Pedazo sobrante de una tela, piel, chapa metálica, etc.


(Fuente: RAE)

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