Un rayo de luz oblicua pasaba por la rendija de la contraventana y proyectaba su fuego sobre el vaso tallado lleno de agua coloreada y sobre el esmalte de la caja de colores. Ada trazaba con pincel delicado un ocelo o el lóbulo de un pétalo, y, en el éxtasis de la concentración, la punta de su lengua se retorcía en la comisura de sus labios, y, bajo la mirada del sol, la fantástica niña de cabellos negro‐azul‐castaños parecía a su vez convertirse en la reproducción de una orquídea espejo‐de‐Venus.
Ejemplar de Mycalesis patnia mostrando ocelos de distintos tamaños en sus alas. |
Fuente: Pequeño Larousse ilustrado, Wikipedia.
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