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jueves, 26 de junio de 2014

Parte I, Capítulo XVI: Collado / Dédalo

Van sigue atormentado por su amor por Ada:
Aquel complicado desahogo no podía ser un fin en sí, o, mejor, era solamente el final de un callejón sin salida, puesto que no era compartido, y puesto que se escondía sórdidamente y nunca podría fundirse con otras delicias incomparablemente mayores que, como una cima entre la bruma, más allá de un collado amenazador, prometían ser algún día el verdadero punto culminante de su peligrosa aventura con Ada. Durante aquella semana, o quincena, de mitad de verano, y a pesar de sus etèreos besos cotidianos en los cabellos o en la nuca de Ada, Van se sintió aún más lejos de ella que antes del día en que su boca había dado, por azar, entre el dédalo de las ramas del manzano, con una parcela de carne apenas perceptible a sus sentidos.

Un collado es un cerro. Un dédalo es un laberinto, un lugar donde alguien puede perderse. Supongo que viene de Dédalo, el constructor del laberinto de Creta en la mitología griega.

Qué lindo, dédalo de las ramas del manzano. El traductor es muy bueno!!

Fuente: Pequeño Larousse ilustrado, wikipedia. Imagen en el dominio público.

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